Hoy hemos vuelto a tener eucaristía con el Padre Rayo y una vez más me ha sorprendido su forma de dar misa. Sin embargo, hemos tratado temas interesantísimos y presentes en nuestro día a día.
Hemos hablado sobre el amor de hoy en día, y hemos hecho un "homenaje al amor". El concepto que se tiene ahora del amor hace referencia casi siempre a la sexualidad, y es muy poco habitual oír que una mujer y un hombre se quieren únicamente como amigos. Pero el amor existe no sólo en el ámbito sexual y de pareja, sino también familiar, entre amigos... queremos a personas a las que admiramos, y que son importantes en nuestra vida.
El Padre Rayo ha enfatizado que existe una gran diferencia entre tener sexo y hacer el amor, y que asimismo los fundamento de cualquier pareja son la ternura y la pasión. Ha dicho que estos dos aspectos son esenciales para que una pareja se mantenga unida y en lugar de tener sexo, hagan el amor. La ternura nace de que ambos miembros se respeten y se muestren admiración, y este cariño lo transmiten a través de la pasión.
También hemos hablado de que hay tres fases de madurez y responsabilidad, y el Padre Rayo ha puesto el ejemplo de la jarra de agua cuando se queda vacía a la hora de comer en familia. La primera fase es cuando la jarra de agua esta vacía, tu padre te dice que la vayas a llenar y te quejas "¿porque a mi? ¡siempre tengo que hacerlo yo!"; la segunda fase es que te lo dicen y lo haces sin rechistar; y la tercera cuando ves la jarra vacía, la vas a llenar sin que te lo digan, y en esta última fase es donde deberíamos estar nosotros.
Luego hemos leído la parábola del Buen Pastor, en la que se nos muestra la imagen de Jesús.
1 «En verdad les digo: el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por algún otro lado, ése es un ladrón y un salteador.
2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
3 El cuidador le abre y las ovejas escuchan su voz; llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera.
4 Cuando ha sacado todas sus ovejas, empieza a caminar delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
5 A otro no lo seguirían, sino que huirían de él, porque no conocen la voz de los extraños.»
6 Jesús usó esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
7 Jesús, pues, tomó de nuevo la palabra: En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas.
8 Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y las ovejas no les hicieron caso.
9 Yo soy la puerta: el que entre por mí estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento.
10 El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud.
11 Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
12 No así el asalariado, que no es el pas tor ni las ovejas son suyas. Cuan do ve venir al lobo, huye iban donando las ovejas, y el lobo las agarra y las dispersa.
13 A él sólo le interesa su salario y no le importan nada las ovejas.
14 Yo soy el Buen Pastor y conozco a los míos como los míos me conocen a mí,
15 lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas.
16 Tengo otras ovejas que no son de este corral. A ésas también las llevaré; escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor.
17 El Padre me ama porque yo doy mi vida para retomarla de nuevo.
18 Nadie me la quita, sino que yo mismo la entrego. En mis manos está el entregarla y el recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre.»
Pastores existen muchos, pero solo aquel que cuida de sus ovejas y las lleva en brazos cuando están heridas es un buen pastor. Esta metáfora, que identifica a Jesús (o "El Barbas", como le llama el Padre Rayo) con un buen pastor, que nos guía y nos cuida a cada uno de nosotros, y nos conoce y siempre estará ahí para nosotros.
En conclusión, me gusta que las misas sean diferentes a las que estamos acostumbrados y no tan monótonas sino más dinámicas y creo que así prestamos más atención y nos hacen reflexionar sobre la vida.
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