He meditado sobre la rutina que vivimos día tras día. Vivimos en un mundo muy condicionado, rodeados de estereotipos que nos hacen ser de una manera en particular. Una rutina a la que ya estamos acostumbrados, por la que nos dejamos llevar. Trabajamos horas incontables, los niños estamos en el colegio todo el día, llegamos a casa y tenemos horas y horas de deberes hasta el punto en que ya estamos acostumbrados a hacer cosas que no nos gustan. Somos esclavos, sin darnos cuenta, de la sociedad en que vivimos, de las reglas que nos han impuesto. Que nos hemos impuesto nosotros mismos. Porque, lo que esta bien o mal visto, lo ético, lo correcto o incorrecto, lo hemos decidido nosotros mismos, no como individuos pero si como una sociedad.
Hay que saber salir de esa rutina, decir basta, hacer lo que queremos y no dejarnos llevar por la pereza ni lo que hacen todos a nuestro alrededor.
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