En la clase de hoy hemos hecho una sesión de meditación. En principio tocaba misa, pero por un malentendido el Padre Rayo ha llegado tarde y hemos dedicado la clase a reflexionar.
Hoy he optado por adoptar una posición sentada, con la espalda recta apoyada en la pared. Como siempre, Don Jaime ha puesto música para potenciar la relajación, y ha comenzado la meditación. Tras concienciarnos de nuestro cuerpo, y las sensaciones q este percibe, Don Jaime nos ha invitado a realizar un ejercicio en el que acudíamos a nuestro propio funeral. Debíamos imaginarnos quién acudiría, todo lo que habíamos dejado atrás, todo aquello que nos íbamos a perder, quién iba a hablar en nuestro funeral, y qué se diría de nosotros.
Aunque al principio me ha parecido un poco macabro, cuando hemos debatido el ejercicio al final de la clase he llegado a la conclusión de que el objetivo era que nos diéramos cuenta de lo que tenemos, valorar todas las cosas buenas de nuestra vida. Estamos tan acostumbrados a estar rodeados de familia, amigos y gente que nos quiere que no solemos pararnos a pensar y agradecerlo. Además, muchas veces dejamos de hacer algo or pereza, porque "no nos apetece" pero no sabemos cuándo puede ser la última vez, y debemos aprovechar al máximo todas las oportunidades que se nos presenten en la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario